Hay una gran preocupación en la ciudad por el deterioro en que se encuentra la Catedral de Valencia, cuyas torres evidencian que están en peligro de desplomarse.
En los últimos años, el templo ha sido sometido a reparaciones menores, pero los daños se han profundizado tanto que lo que se impone es una restauración completa, que debe contar con el apoyo del Ejecutivo Nacional porque se trata de un Patrimonio Artístico e Histórico de la Nación.
La Catedral de Valencia no es una capilla. Es el corazón de la ciudad, su monumento más antiguo. Ha sido escenario de acontecimientos históricos y culturales, es la sede de la patrona Nuestra Señora del Socorro y del arzobispo de Valencia, por lo cual se requieren acciones inmediatas, sostiene el padre Pedro De Freitas.
De acuerdo con el historiador Francisco González Guinán, la iglesia matriz fue comenzada en 1580 pero la construcción fue lenta por falta de presupuesto. A comienzos del siglo XIX tenía construida la torre norte con una elevación de 27 metros. En 1818 el general Pablo Morillo ordenó la construcción de la torre sur, donde está el reloj. Ambas edificaciones están cayéndose a pedazos por la corrosión y la erosión, más la torre norte, que soporta el peso de las pesadas campanas.
La edificación es difícil de mantener porque es de adobes de barro muy antiguos, que han sido corroídos por la polución en las cornizas, en el frontis y en los techos de las cúpulas donde han crecido matas que están en vías de convertirse en árboles.
La humedad y la polución ocasionan que al poco tiempo de pintada la estructura la pintura se desconcha de los muros, evidenciando más el deterioro. “El problema no es por falta de pintura. Durante el gobierno del general Luis Felipe Acosta Carles el templo fue pintado dos veces y no tardó mucho tiempo en ponerse como se puede apreciar”, argumenta el padre De Freitas.
El interior de la Catedral está en iguales condiciones de deterioro. Los pisos, los bancos, el aire acondicionado, el sistema de sonido y el eléctrico ya no resisten más por el constante uso de miles de feligreses que acuden a los oficios religiosos.
La Catedral es propiedad de la arquidiócesis de Valencia, pero por su rango de patrimonial de la nación no puede ser intervenida sino por expertos, con el apoyo financiero del Gobierno Nacional, que está informado de lo que acontece.
Por un convenio firmado con la Santa Sede, el Estado Venezolano está comprometido a mantener edificaciones religiosas de carácter histórico. Lo que no impide que instituciones públicas y privadas presten su colaboración para una obra verdaderamente costosa porque la restauración incluiría a la Catedral completa.
La Alcaldía de Valencia, a través de Induval que preside Marcos Meléndez, ha decidido adelantar los trabajos de estudios arqueológicos y de estructura de la edificación, de los cuales ha sido encargada la arquitecta Sara de Atienzar. Se espera contar con una información especializada para utilizarla en el momento en que se inicien los trabajos de restauración. ¿Cuando? No se sabe.
Fuente: El Carabobeño
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