Valencia, 21 mar (El Carabobeño, por Alfredo Fermín ) El historiador Oswaldo Feo Caballero afirma que, lo más triste de su vejez, es observar el abandono en que se encuentra Valencia, que “parece haber sido azotada por un tsunami”.
“Cuando me llevan a hacer alguna diligencia, me da dolor ver cómo aquella Valencia gentil y armoniosa de mi infancia está en el suelo, castigada por un gobierno que no la quiere, como no la quiso Boves, ni la quiso Juan Vicente Gómez”, dijo el historiador que se ha dedicado a estudiar el desarrollo y crecimiento poblacional de la capital carabobeña.
Feo Caballero, quien se enorgullece de provenir de una familia de nueve generaciones valencianas, fue consultado con motivo de celebrarse el próximo domingo 457 años de Valencia. Con lucidez admirable a sus 92 años, sostiene que hay varias versiones sobre el establecimiento de esta ciudad. Le da mayor credibilidad a la que señala como fundador a Alonso Díaz Moreno, porque fue gobernador de esta provincia entre 1553 y 1557.
No hay precisión sobre el año -considera el historiador- pero debió ser en ese período. Lo que sí debe ser cierto es que la fundación se efectuó un 25 de marzo, porque éste es el día de Nuestra Señora de la Anunciación, bajo cuya advocación fue puesta La Nueva Valencia del Rey, de acuerdo con las crónicas más antiguas.
Feo Caballero comentó que el crecimiento de esta ciudad fue muy lento hasta 1955, cuando fue celebrado el cuatricentenario y comenzó a prosperar la idea de crear una Zona Industrial, como lo hizo el Concejo Municipal después de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
“Valencia fue un baluarte como centro de activismo político y cultivo de las artes desde los tiempos de la Colonia. De aquí salieron grandes escritores, prosistas, poetas y buenos músicos”.
Para Feo Caballero, uno de los momentos cumbres de la cultura valenciana, lo constituyó la fundación del Ateneo de Valencia por un grupo de distinguidas damas. “Fueron ellas, convocadas por Chuchuíta Carabaño, a quien Dios mantenga con salud, las que crearon el Salón Michelena, que se convirtió en el más importante del país y comenzaron la colección de arte, que era nuestro orgullo”.
En mis días finales -confiesa- tengo la tristeza de la noticia de que el Gobierno Nacional expropió todas esas obras de arte y acabó con el Ateneo. Los fundadores ya estamos muy viejos y no veo interés. Por eso le digo a los jóvenes, que en sus manos está el destino de Valencia, para reencontrarnos con nuestra historia y rescatar los símbolos primigenios que nos quitó el Concejo y la
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